Los sonidos puros que emiten los cuencos de cuarzo armonizan las frecuencias de la materia en su entorno. Para entrar en profundos estados de relajación, de meditación, tan sólo bastan unos pocos minutos.

Los efectos de estos sonidos y vibración son reconocibles por la parte inconsciente del ser humano silenciando el cuerpo mental,  tranquilizando las emociones y viviendo la frecuencia tan deseada que es la paz. Aquel que vivencia la paz obtendrá el bienestar, la coherencia, el gozo de encontrar el sentido a la vida, y su frecuencia se une, al igual que la frecuencia de los cuencos, al origen de la vibración.

¡Ven! ¿Experimenta!